Digital Logos Edition
Como pastores debemos estar conscientes de la sequedad espiritual en la que se encuentra una persona que no tiene a Cristo, y el poder refrescante que tiene la Palabra de Dios para calmar la sed espiritual de un alma perdida. El evangelio contiene buenas noticias. Cuando una persona las escucha y recibe, ellas producen un cambio radical en la vida de esa persona; de la misma manera que el agua produce un cambio al caer sobre un terreno desértico.