Digital Logos Edition
El autor utiliza el estilo académico propio de las obras de cristología y eclesiología del NT que tanto han aportado para ayudarnos a entender mejor el cristianismo primitivo en sus diversas dimensiones: teológica, cristológica, eclesiológica, histórica, etc. Pero adopta un prisma distinto: el de la experiencia, y ante todo, la experiencia carismática dimanante del Espíritu.
La tesis de Dunn, es de que tanto en el ministerio de Cristo como en el desarrollo de las comunidades primitivas, la experiencia y el sentido de lo carismático jugaron un papel vital. Una de sus conclusiones principales es que la experiencia del Espíritu, tanto de Jesús como posteriormente de sus discípulos y seguidores, fue "escatológica" en su naturaleza: experimentaron un derramamiento del Espíritu que les llevó a verse y entenderse a sí mismos como viviendo el presente en base a la nueva era había de venir. Sostiene que el cristianismo primitivo tenía plena conciencia de ser un movimiento que actuaba guiado y liderado directamente por el poder de Dios, con toda la libertad institucional y organizativa que ello implica. Algo que se fue desvaneciendo, a partir de la segunda generación, para dar paso a un modelo de Iglesia más sacramental, institucional y organizativa.