Este libro cubre cuatro temas claves para el éxito de la misión mundial de la iglesia: La existencia de multitudes, hambrientas de amor e ignorantes de la salvación; la necesidad de obreros suficientes para suplir las necesidades de miles de pueblos y etnias no alcanzadas; alguien que pueda capacitar y enviar a los misioneros a cumplir su misión; y finalmente, la provisión de los recursos que los obreros enviados necesitan para vivir y servir en los campos misioneros.
En el Segundo Volumen el autor nos ofrece soluciones para la problemática misionera de la iglesia local.
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“La pregunta que debemos hacernos es ésta: el cuerpo de Cristo, que es la iglesia ¿siente el mismo dolor y preocupación que siente la Cabeza?” (Page 26)
“Algunos preguntan por qué Cristo, que aprobó el diezmo, y que en el sermón del Monte elevó las normas de las relaciones para con Dios, incluso la de dar, no insistió con el tema de diezmar. La respuesta más simple es que no fue necesario porque todo el pueblo judío de su tiempo conocía esta práctica, y la gran mayoría de los nuevos creyentes eran judíos convertidos. Sabían que diezmar era la norma mínima de lo que se debía dar a Dios bajo la ley. ¿Y qué discípulo de Cristo querrá, bajo la gracia, dar menos de lo que un judío daba bajo la ley?” (Page 73)
“Necesitamos una nueva aplicación del colirio celestial para ver las multitudes tal como Jesús las ve. Es urgente la convocación de miles de obreros. Es preciso que las iglesias asuman y cumplan la función de formar y enviar hombres y mujeres capacitados a los campos blancos. Es más que necesario descubrir, señalar y reconocer dónde están los abundantes recursos provistos por Dios, destinados para sostener con dignidad y seriedad a los que van a completar la evangelización mundial.” (Page 20)
“mayordomos en socios y colaboradores de Dios en esta incomparable empresa que apunta a la salvación de todo ser humano” (Page 67)
“comprometer a los miles de cristianos de las iglesias evangélicas a través de las conferencias misioneras” (Pages 109–110)
El Pastor Andrés Robert vuelve a brindar al movimiento misionero un libro inspirador, desafiante y muy práctico como sólo él puede hacerlo. Don Andrés, como cariñosamente lo suelen llamar, ha sido uno de los pioneros en promover la visión y la acción misionera de nuestras iglesias. Esto ha sido así tanto a través de su largo pastorado como en incontables conferencias misioneras en la Argentina y en otros países de América latina. He tenido el privilegio de comprobarlo de manera personal en muchos años de relación ministerial con el autor. Este libro realiza un detallado análisis de los principales desafíos que se presentan en el camino de nuestra obediencia misionera. Pero la cosa no queda allí, pues también muestra varios caminos para avanzar y superar esos obstáculos. Las herramientas que presenta son conocidas por muchas personas, pero no siempre bien practicadas. Sin duda que esto cambiará después de seguir las indicaciones que aparecen en los últimos capítulos. La visión misionera debe alimentarse continuamente, pues no basta con adquirirla. Las citas, ejemplos e ilustraciones que contiene Conciencia Misionera II, junto con su contenido general, servirá para encender y avivar la llama misionera en muchos corazones de quienes saldrán y de quienes los enviarán. Para unos y otros, este libro será la mejor inversión que puedan realizar en mucho tiempo.
—Daniel Bianchi
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