Cuando Pablo dejó a los tesalonicenses para que compartan el Evangelio en otros lugares, él temía que estos cristianos se vieran desbordados por los falsos maestros, las persecuciones, y tentaciones. Escribió entonces dos cartas para alentarlos a permanecer fieles. Estas cartas ofrecen esperanza y siguen siendo una buena lectura para que los cristianos se enfrentan desafíos a su fe.
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“Tesalónica fue una ciudad grande e importante del imperio romano, tenía una población cercana a los 200.000 habitantes. Fue una de las ciudades principales de la provincia romana de Macedonia y por lo tanto, un lugar donde vivía la oficialidad romana. Y lo más importante de todo es que estaba ubicada en un punto estratégico en medio del imperio.” (Page 1)
“Como amplio centro comercial, Tesalónica naturalmente estaba llena de gente que procedía de todas las partes del imperio romano. No obstante, la mayor parte de la población estaba compuesta por macedonios nativos; muchos de ellos adoraban a los dioses griegos, cuya ‘morada’ según la mitología griega estaba situada cerca del monte Olimpo.” (Page 2)
“Pablo rechaza por completo cualquier comparación entre él y esa clase de maestros. El apóstol afirma que todo lo que él enseñaba estaba centrado en el evangelio, y que sus palabras habían sido dirigidas por Dios.” (Page 21)
“Qué llevó a Pablo a escribir esta primera carta a los tesalonicenses?” (Page 2)
“Es posible que el mundo que nos rodea nunca advierta nuestra obra producida por la fe, nuestra labor impulsada por el amor, y nuestra constancia inspirada por la esperanza.” (Page 10)