Este libro cuenta la historia de cuatro mujeres con el mismo nombre unidas por el lazo de la amistad. Las cuatro tuvieron un encuentro con Jesús en distintas circunstancias de la vida y se convirtieron en fieles seguidoras del Maestro y le sirvieron. Dos de ellas, María Magdalena y María la esposa de Cleofas, evidenciaron su lealtad al pie de la cruz. Luego aparecen otra vez juntas el día de la resurrección de Jesús cuando encontraron la tumba vacía. María de Betania era la amiga privilegiada ya que hospedaba a Jesús y él era amigo de toda su familia. La cuarta María es la madre de Juan Marcos quien luego sería el autor del segundo evangelio. Ellas nos enseñan a unir nuestras fuerzas y recursos para servir al Maestro.
“Si me permites un consejo que aprendí a los pies de Jesús, es que luches por mantener y defender ‘tu buena parte’, no permitas que los afanes de la vida te roben el tiempo que puedes estar a sus pies y escuchar su palabra. Permite que Él te transforme, como transformó mi vida y mi corazón. Aprende a escuchar cada día su tierna voz. Debes creer que Él te espera cada día y te anhela. ¡Qué gran privilegio! Jesús, el Salvador del mundo y el amigo por excelencia.” (Page 17)
“Ser hospitalaria es una cualidad que Dios pone en el corazón.” (Page 20)
“Yo me acerqué tímidamente con un vaso de alabastro de gran precio y lo derramé sobre sus pies. Sentí que Él merecía esto y mucho más, que era nuestro Rey, nuestro Salvador, nuestro Sanador, que me había perdonado, y que en Él estaba la vida. Sé que muchos murmuraron cuando la casa se llenó del olor del perfume, consideraron que había sido un desperdicio de dinero. Pero Él aprobó lo que hice, dijo que ese acto lo había preparado para su sepultura.” (Pages 16–17)
“Podemos asegurar que María no solamente disponía sus oídos para escuchar al Señor sino también su corazón. Y esta es una gran enseñanza para todas nosotras, ya que a veces no solo tardamos en disponernos a leer su palabra y ‘oír su voz’ sino que cometemos el gran error de no disponer nuestro corazón a ser examinado por la palabra.” (Page 24)
“A María de Betania podemos considerarla, la amiga privilegiada, ya que el Maestro se hospedaba en su casa y era amigo también de su familia.” (Page 9)